Desarrollo Sustentable
El desarrollo es sustentable cuando satisface las necesidades de la presente generación sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para que satisfagan sus propias necesidades.
Desarrollo es un proceso dinámico, en permanente desequilibrio, que tiende al incremento de las condiciones de vida de toda la población del mundo, en los términos que las personas deben definir disponiendo de la información necesaria para analizar las consecuencias de la definición acordada. El desarrollo debe ser endógeno, autogestionado y sustentable, sin agredir a otros grupos humanos para lograr los objetivos propios.
Sustentabilidad es la posibilidad de mantener procesos productivos y sociales durante lapsos generacionales, obteniendo de dichos procesos iguales o más recursos y resultados que los que se emplean en realizarlos, y con una distribución de dichos resultados y recursos que, en principio, discrimine positivamente a los hoy discriminados negativamente, hasta alcanzar una situación de desarrollo equipotencial de la humanidad, en términos de mejora sustantiva de los niveles y calidad de vida.
El desarrollo sustentable, para serlo y diferenciarse del simple crecimiento, tecnificación, industrialización, urbanización, o aceleración de los ritmos, debe satisfacer ciertas condiciones, además de ser endógeno, es decir nacido y adecuado a la especificidad local, y autogestionado, es decir, planificado ejecutado y administrado por los propios sujetos del desarrollo.
Ejemplos de Desarrollo Sustentable en Mexico
México, como muchos países, ha implementado una variedad de estrategias para proteger su medio ambiente y la calidad de vida actual y futura de sus habitantes.
En los últimos años, México ha disminuido de forma importante sus emisiones de dióxido de carbono sin sacrificar su desarrollo económico, incluso creciendo de forma importante. Según los Indicadores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, presentado por la ONU, de 1990 a la fecha, la cantidad de emisiones de dióxido de carbono anual por cada mil mexicanos bajó de 4.6 a 3.62 tons, una disminución de 22%. El promedio en el mundo en ese mismo período fue un crecimiento de 52%. De hecho, México, Holanda, Reino Unido y Singapur, son ejemplos de los únicos once países en el mundo que han logrado una disminución.
Sin embargo, no sólo la disminución es importante. En realidad, la cantidad de emisiones que usamos para producir nuestra riqueza es lo más llamativo. Para producir nuestro actual Producto Interno Bruto (PIB), México emite sólo 3.6 tons. En 1990, según los datos sobre el PIB mundial de World Development, los ingleses tenían un PIB per capita parecido al nuestro hoy. Sin embargo, en ese año sus emisiones por cada mil habitantes eran 10 toneladas. Aunque, sí, han disminuido sus emisiones, hoy emiten 9.4 tons.
En mayo, México propuso la creación del Green Fund, en el que las naciones toman responsabilidad y asumen costos asociados a su producción de emisiones de carbono. Esta iniciativa, apoyada y aplaudida por Al Gore, abre nuevas opciones para resolver esta problemática desde otra visión y refuerza el camino para la próxima conferencia de la ONU sobre Cambio Climático a realizarse en diciembre en Copenhague.
También, México se ha convertido en un precursor en la carrera contra el cambio climático, al comprometerse a poner en práctica un ambicioso programa ecológico apoyado por el Banco Interamericano de Desarrollo.
Ejemplos de Desarrollo Sustentable en Veracruz
El Estado de Veracruz se encuentra en una situación natural privilegiada. Rico en recursos no sólo
naturales sino humanos, pero con un manejo de pocos frutos para su crecimiento, ha llegado a una
condición ambiental crítica en las últimas décadas, donde se ha buscando un desarrollo económico
a costa de la pérdida de capital ecológico. Pero, ¿qué papel juega la organización del Estado en
este tema? ¿Por qué no se ha podido encontrar el equilibrio en la conservación de los recursos a
pesar de los programas federales y estatales?
Sin embargo, aunque los programas estén desarrollados, es necesario plantear estrategias para
consolidar el manejo de los recursos naturales. Éstas se deben concebir y adaptar de manera
particular dependiendo de cada caso, pero podemos analizar las siguientes: educación ambiental,
aplicación de los programas comentados y participación social. La educación ambiental es el
acceso a la sustentabilidad. La comunidad debe ser capacitada para considerar a la naturaleza
como sagrada y así crear una conciencia social. En esta tarea deben participar los diferentes
sectores: gobierno, grupos comunitarios, ONG’s, Universidades. Como indica Pérez, J.,9 las
secretarías federales, deben aportar la publicación de los beneficios ecológicos, económicos y
sociales de la aplicación programas. Sin embargo, creo que no sólo las dependencias, sino todos
los actores, deben promover estos beneficios, de esta manera éstos se volverán una realidad. Por
último, la participación social es indispensable. Como indica Andersson, K.,10 “el proceso de
producción de capital social permite sostener producción de bienes adecuados y económicamente factibles”. Así vemos que la comunidad se verá alentada cuando encuentre que hay beneficio
económico, social y natural, tal como lo busca el desarrollo sustentable.
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